Con motivo del Día Internacional de la Mujer, se realizó ayer una actividad en la Biblioteca Municipal, que pretendía motivar a los usuarios infantiles a la animación a la lectura y a la escritrua, a la imaginación y a la creatividad. La actividad consistía en que, bajo el enunciado "El Cuento de la Superheroína", los participantes debían inventarse un cuento en grupo en el que una mujer salvase a un hombre.
En la mayoría de los casos, las historias cuentan cómo la princesa es rescatada por el príncipe, pero ¿no es hora de que en los cuentos las mujeres se rescaten a sí mismas y a los demás? Bajo esta reflexión, las niñas asistentes crearon este divertidísimo cuento. Esperamos que lo disfruten leyendo tanto como las niñas lo hicieron escribiéndolo.
En la mayoría de los casos, las historias cuentan cómo la princesa es rescatada por el príncipe, pero ¿no es hora de que en los cuentos las mujeres se rescaten a sí mismas y a los demás? Bajo esta reflexión, las niñas asistentes crearon este divertidísimo cuento. Esperamos que lo disfruten leyendo tanto como las niñas lo hicieron escribiéndolo.
LAS
DOS AMIGAS RESCATADORAS Y EL PRÍNCIPE
Hace
mucho, mucho tiempo, la princesa Sofía caminaba junto a su amiga Franki por un
sendero largo que llegaba a una casa derruida. Dentro de la casa estaba Adrián,
un joven príncipe que estaba en peligro. El dragón lanzallamas, conocido como “Jinete
Pablo”, había destrozado la casa y lanzaba bolas de fuego a Adrián.
Adrián
tenía una espada mágica, que había pertenecido primero a su padre José María y
luego a su hermano mayor Juan Miguel. La espada, de hierro y no muy grande,
tenía el poder de actuar de escudo protector y de ahuyentar a los monstruos y
seres peligrosos pero, ese día, el poder no le funcionaba a Adrián.
Cuando
Sofía y Franki entraron en la casa vieron a Adrián asustado. La princesa Sofía,
que tenía el poder de usar todo lo que a los demás no le funcionaba, pidió al
príncipe que le lanzara la espada. Cuando tomó en el aire la espada, apuntó a
“Jinete Pablo” y, uniendo fuerzas con su amiga Franki, consiguieron en pocos
segundos que el dragón lanzallamas desapareciera.
El
joven Adrián agradeció a las amigas su llegada y las invitó a merendar. Todas
las mañanas, los tres amigos caminaban juntos a través del sendero del bosque y
recogían frutos con los que preparaban tartas que vendían en el pueblo. Con el
dinero de las tartas construyeron un
castillo en el lugar de la casa destrozada por “Jinete Pablo”.
Sofía,
Franki y Adrián fueron felices y comieron perdices.
Este
cuento ha sido realizado el 9 de marzo de 2017, por: Erika Elizabeth Orellana
Jiménez; Fátima Cuenca Méndez; Jimena Padilla Porcuna; Laura Grande Romero;
María José Salcedo Aguado.
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