Al igual que la era
Gutemberg transformó radicalmente la manera de producir y comercializar los
libros, la era digital renovará la forma en que leeremos y escribiremos en el
siglo XXI. Si casi todos admitimos ya que Internet ha cambiado la manera en la
que nos comunicamos y relacionamos entre sí, ¿de verdad se piensa que la
lectura y la escritura van a permanecer inmunes a esta transformación social?
La rápida implantación en España de todo tipo de dispositivos inteligentes,
como tabletas, móviles táctiles, netbooks, etcétera, está cambiando los hábitos
de acceso a la información de muchas personas. Gracias a la tecnología, los
españoles leen y escriben en pantalla más que nunca, aunque con demasiadas
faltas de ortografía... Leer artículos en blogs, sitios web y en Wikipedia
también es lectura. Aunque todavía es pronto para determinar si los futuros
hábitos de lectura serán mejores o peores que los anteriores, todo indica que
vamos a leer de forma más interactiva y fragmentada, que no es lo mismo que
superficial. Desde los códices pasando por la imprenta, cada evolución en la
larga historia de la escritura ha obligado a los lectores a reaprender una
nueva manera de procesar y almacenar la información. En la era de la
participación, el descubrimiento y la lectura de un libro dejarán de ser
actividades solitarias para convertirse en actos sociales. Leer en la nube nos
permitirá compartir la experiencia de la lectura, así como las sensaciones que
genera. A través de este intercambio, siempre y cuando el lector lo consienta,
la tecnología nos descubrirá nuevos libros basándose en nuestra afinidad
lectora en vez de ofrecernos los más vendidos. Así como en el siglo XX los
editores fueron capaces de descubrir grandes escritores, los editores del siglo
XXI tendrán que descubrir el talento oculto en el océano de Internet. Los
nuevos lenguajes multimedia (sonidos, mapas interactivos, hipertexto, vídeos,
imágenes dinámicas, etcétera) permitirán a los nuevos escritores contar sus
historias de forma muy diferente a como lo hacían sus homólogos en la
tecnología papel. Escribir en digital no significa añadir a un texto cualquier
extra multimedia, como un vídeo o imágenes. Los futuros libros digitales
cuestionarán la propia idea que tenemos hoy en día del libro. Algunos dirán que
parecen más un videojuego que una novela, mientras que otros diremos que no
dejan de ser historias en busca de lectores.
Texto extraído de:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/16/vidayartes/1342470400_086502.html
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