martes, 9 de octubre de 2012

El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald: nuestra recomendación semanal


El Gran Gastby de Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) está plena de actualidad. En los últimos dos años se han publicado en España nuevas ediciones de la novela, en todos los casos avaladas por nuevas traducciones del mayor nivel y cuidada edición. Además, está a punto de estrenarse una película basada en la obra, dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Leonardo DiCaprio. Es la quinta ocasión en que esta novela se lleva al cine, aunque es merecidamente famosa la que realizó en 1974 Jack Clayton, protagonizada por Robert Redford, que marcó incluso tendencia en la moda retro años 20. Por todo ello y por su calidad reconocida la he elegido como lectura recomendada de esta semana. Comparar las películas entre sí y con la novela es un ejercicio muy atractivo a sumar a la calidad extraordinaria de la obra, valorada hoy como una de la mejores de la literatura estadounidense del siglo XX.

Nick Carraway, narrador de la novela, es vecino durante el verano de Jay Gatsby, un nuevo rico hecho a sí mismo, rodeado de un aura misteriosa y romántica, y anfitrión de múltiples fiestas en las que no aparece y a las que los jóvenes privilegiados acuden sin ser invitados. ¿Qué piensa Gatsby, qué espera? Parece que su único sueño es recuperar a un antiguo amor, la rica y bella Daisy, arriesgándose hasta las últimas consecuencias para alcanzarlo.

Scott Fitzgerald publicó El Gran Gastby en 1925 y fue considerada un fracaso comercial en su momento. Luego, ha ido creciendo su prestigio hasta alcanzar el lugar privilegiado que hoy ocupa. Ha sucedido otro tanto con el autor, perteneciente a la llamada “generación perdida”, cuya figura pareció quedar oscurecida por nombres tan importantes en la narrativa contemporánea como Gertrude SteinJohn Dos PassosJohn SteinbeckWilliam Faulkner o Ernest Hemingway. Escribió sólo cinco novelas y docenas de historias breves en diversas revistas y periódicos, siempre acuciado por un desmesurado “estilo de vida” de derroche y descontrol que vivió con su esposa Zelda (en París, La Riviera y Hollywood). Sumergido en una espiral autodestructiva, murió alcoholizado a los 44 años. La temática dominante de la obra de Scott Fizgerald se centra en la juventud llena de desesperación y emociones cambiantes que tanto tiene que ver con su peripecia personal. Pocos autores han puesto tanto de su propia biografía en sus escritos.
         
        

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